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Estados Unidos

La marihuana es legal pero quienes la cultivan no están convencidos

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Una vista aérea de una granja de marihuana en el condado de Mendocino en California. Pese a la legalización, todavía se presentan cultivos ilegales.Credit...Jim Wilson/The New York Times

LAYTONVILLE, California – Desde el cielo parecen huertos de cítricos, plantas de color esmeralda perfectamente alineadas entre las colinas del norte de California.

Sin embargo, una tarde reciente, conforme un helicóptero de reconocimiento de la policía se acercaba para poder ver mejor, el fuerte olor de las plantas de marihuana inundó la cabina, elevado por el viento a 250 metros desde la superficie.

“Todo eso es marihuana”, gritó el oficial de la oficina del jefe de policía del condado de Mendocino a través del intercomunicador del helicóptero. “No pertenece al programa”.

Más de nueve meses después de que California votó para legalizar la marihuana de uso recreativo, solo una pequeña parte de las decenas de miles de agricultores de cannabis al norte de California se han afiliado al programa, según informes de los agentes del orden público y quienes cultivan el cannabis.

A pesar de la promesa de un mercado legal, muchos agricultores permanecen ocultos, lo que pone en duda la promesa de una cascada de miles de millones de impuestos para el estado y una transición sin problemas al mercado regulado.

Al mismo tiempo, el daño ecológico y el crimen asociado con el negocio ilegal de cannabis se mantienen en el estado a pesar de la legalización, dicen los agentes del orden.

“Sé que los números no se ven muy bien; hay muchos que no están cooperando”, dijo Hezekiah Allen, el director ejecutivo de California Growers Association, un grupo defensor de la marihuana legal. “La gente está perdiendo fe en el proceso”.

“Queremos primero darle a la gente la oportunidad de entrar al mercado regulado. Y después se tomarán medidas para exigir el cumplimiento”.

Lori Ajax, encargado del Buró de Control de Cannabis de California

California, que según un estimado produce siete veces más marihuana de la que consume, quizá continuará exportándola, legalmente. En parte, esto se debe a que hay un gran incentivo para mantenerse en el mercado negro: la marihuana en la costa este estadounidense se vende a un precio mucho más alto que en California.

“Hay pocas áreas que se pueden visitar en el condado que no tengan marihuana; está por todas partes”, dijo Bruce Smith, un teniente de la jefatura de policía en el condado de Mendocino y quien dirige los esfuerzos del condado para clausurar todos los cultivos ilegales de marihuana. “La mayoría no cuenta con el permiso”.

El condado de Mendocino ha recibido 700 solicitudes para el permiso de cultivo de marihuana, de acuerdo con el Departamento de Agricultura de Mendocino. Es tan solo una fracción de los miles de productores en la zona.

Los productores de California se quejan de que el proceso de legalización ha sido opaco y confuso. Durante las dos últimas décadas los productores operaron bajo un sistema poco regulado de colectivos que cultivaban cannabis para uso medicinal. La legalización ahora trae una avalancha de regulaciones aceptadas por pueblos, condados y el estado.

“Hay gente que ha estado operando durante dos décadas con quizá algo de supervisión local, y algunos sin supervisión alguna”, dijo Lori Ajax, el jefe de la Agencia de Control de Cannabis del estado. “Primero, queremos darle a la gente la oportunidad de entrar al mercado regulado. Y después se tomarán medidas para exigir el cumplimiento”.

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Cultivos ilegales que fueron removidos por el departamento del alguacil del condado de Mendocino, CaliforniaCredit...Jim Wilson/The New York Times

La medida para la legalización de noviembre, Proposition 64, despenalizó la posesión de cantidades pequeñas de marihuana, permitió a la gente a tener hasta seis plantas en casa y estableció reglas para la venta y cultivo de plantas reguladas, con lo que se trata de dar fin a dos décadas de un sistema de venta de cannabis con fines médicos en gran parte sin normatividad. El castigo por cultivar o por estar en posesión de grandes cantidades de marihuana sin atenerse a las normas bajó de categoría de delito grave a delito menor.

Allen, de la asociación de productores, estima que más o menos el 11 por ciento de los productores –cerca de 3500 de los 32.000 ubicados en el Triángulo Esmeralda, que cubre los condados de Mendocino, Humboldt y Trinity— han solicitado el permiso. La mayoría están desalentados por la enorme cantidad de papeleo para obtener el permiso, las cuotas y los impuestos, comentó.

Los críticos consideran que los creadores de la ley quizá hicieron mal sus cálculos porque muchos productores dicen que hay muy pocas ventajas en obtener un permiso. Si se mantienen fuera del sistema, enfrentan penas menos severas y evitan pagar impuestos, cuotas y el costo de cumplir con normas ambientales.

“Creo que todos estamos de acuerdo con que el fumador promedio de marihuana no debería estar en prisión”, dijo Shannon Barney, un teniente en el Departamento de Policía de Mendocino que ayudó a dirigir una redada en agosto que terminó en la destrucción de más de 800 plantas. “Sin embargo, pienso que también pueden estar todos de acuerdo en que el castigo para un verdadero traficante necesita ser más severo”.

“Cuando llegué a California me quedé asombrado al ver que la gente en la industria parece muy poco preparada para la transición”.

Sean McAllister, abogado especializado en cannabis

California tomó un camino distinto al de Colorado, el primer estado en legalizar la marihuana, donde la posesión de grandes cantidades de cannabis irregular todavía está catalogada como un delito grave y el mercado negro es mucho menor, según Sean McAllister, un abogado especializado en cannabis en ambos estados.

“Como alguien que vivió la transición en Colorado, cuando llegué a California me quedé asombrado al ver que la gente en la industria parece muy poco preparada para la transición”, dijo McAllister.

Los oficiales de policía en el condado de Mendocino dijeron que su prioridad era perseguir a la gente que causa daño ambiental o que cultiva en terrenos públicos. Hasta el momento, este año han hecho redadas en 74 lugares y han eliminado más de 90.000 plantas. Las parcelas ilegales son identificadas desde helicópteros y después son destruidas por un convoy de policías fuertemente armados y una trituradora de plantas jalada con una camioneta.

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En lo que va de este año los oficiales de seguridad en Mendocino han hecho redadas en 74 sitios y han erradicado más de 90.000 plantas.Credit...Jim Wilson/The New York Times

El negocio de cannabis ha atraído a inversionistas y productores de todo el mundo: búlgaros, rusos, chinos, hmongs, jamaiquinos y mexicanos.

Además, el sistema de licencias del estado no empezará sino hasta enero y la mayoría de los condados aún están aceptando las solicitudes, así que es posible que más productores escojan entrar al mercado legal.

No obstante, Allen, de la asociación de productores, dijo que ya había una gran razón para preocuparse: con los niveles actuales de participación, quizá no haya suficiente marihuana regulada para cubrir todo el mercado legal, una situación muy paradójica en un estado que es por mucho el mayor productor de cannabis en Estados Unidos.

En varias categorías criminales –crímenes violentos, robos, asalto agravado y asesinato, por ejemplo—, el Triángulo Esmeralda está cerca del primer lugar de la lista de los condados de California más azotados por el crimen. El índice de crímenes violentos en el condado de Mendocino es siete veces más alto que en el condado de Los Ángeles, según datos del FBI para 2015, el último año disponible. Como aclaración, los crímenes son mayores estadísticamente en Mendocino porque su población es tan solo de 87.000 habitantes.

“He arrestado abuelos, padres y nietos en años distintos por cultivar marihuana en la misma propiedad. Es como un asunto generacional”.

Thomas D. Allman, jefe de policía del condado de Mendocino

El mercado negro prevaleciente también es una preocupación para los ambientalistas, quienes dicen que la marihuana cultivada de manera ilegal en bosques públicos se inserta en las laderas de las montañas, extrae agua de los arroyos y se rocía con pesticidas que contaminan el agua. Al final de la temporada, muchas veces los agricultores dejan en el bosque toneladas de basura.

“Es una pena ver cómo mi industria degrada la tierra”, dijo Eli Scislowicz, el gerente de una empresa de cannabis en Nevada que trabajó muchos años en California. Sí hay productores de marihuana que se preocupan por el medioambiente, dijo. “Pero también hay muchos actores irresponsables que han envenenado el suelo”.

En una California muy ambientalista, los policías dijeron que era mucho más probable que los agricultores de cannabis fueran procesados por contaminación o por daño a la tierra que por posesión.

“Hay un romance con la marihuana. La gente piensa que es una hierba inocua”, dijo Thomas D. Allman, el jefe de policía del condado de Mendocino. “Sin embargo, los delitos ambientales enojan a la gente”.

El olor tan fuerte de las plantas, que se puede percibir a decenas de metros de distancia, también es una gran molestia para los residentes; las quejas por los olores son las llamadas relacionadas con la marihuana que con más frecuencia recibe la policía en Mendocino, dijo el teniente Smith.

Cultivar marihuana está tan arraigado en el Triángulo Esmeralda que los agentes policiacos locales creen que los esfuerzos para regular la industria en el estado son una lucha cuesta arriba.

“He arrestado abuelos, padres y nietos en años distintos por cultivar marihuana en la misma propiedad”, dijo el jefe de policía Allman. “Es como un asunto generacional, casi como el whisky ilegal. La gente piensa: ‘¿Por qué necesito un permiso? Mis padres no tuvieron que pedirlo y ciertamente mis abuelos no lo necesitaron’”.

Doris Burke colaboró con la investigación.

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