Hace 10 años que se creó la ley que regula la producción, distribución y venta del cannabis en Uruguay. Al celebrarse una década, investigadores se propusieron revisar cuál es la situación actual y sus consecuencias. Una de las conclusiones a las que se llegó, contrario a lo que se buscaba, fue que se desarrolló un “mercado gris”, producto de las dificultades de acceso a las vías legales que se establecieron para la compra, el autocultivo y los clubes cannábicos. En el estudio quedaron determinados cuatro tipos de grises bajo dos variables: si el cannabis se distribuye con o sin fines de lucro y si el destino es un usuario o el mercado ilegal.