Fue inesperado. A poco de asumir como presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina acaparó la atención internacional al declarar con determinación que propondría la despenalización del tráfico de drogas con otros líderes de la región. El 2012 fue un año en el que el debate en torno a la legalización de la marihuana y otras drogas fue planteado formalmente por dirigentes destacados de la región y que quedó abierto para el año entrante.