Sin importar quién gane las elecciones presidenciales del próximo 25 de octubre en Argentina, una cosa parece clara tras revisar las propuestas de los distintos candidatos a suceder a Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada: el país pasará de haber coqueteado con la descriminalización de las drogas en 2008 a embarcarse en una estrategia de mano dura y militarización de la política antidrogas. (Véase también: El narcotráfico y los militares)