Si un 56% de los ciudadanos europeos nunca ha visto un billete de 500 euros, según un estudio del Banco Central Europeo (BCE), si los empresarios no lo consideran interesante para las transacciones económicas y se imponen cada vez más los medios de pago electrónico entre los consumidores, ¿qué sentido puede tener que el 30% del valor de los euros en circulación sean billetes de tan alto valor? Advertencias de organismos antifraude y cuerpos policiales habían sido menospreciados por el BCE, que ahora parece dispuesta a estudiar su posible eliminación.