Los clubs cannábicos flotan en un limbo legal tan delicado como inoperante. Llevan años reclamando una legislación que les marque las normas para que, tanto los jueces como la policía y los propios empresarios del gremio, al margen de la sociedad, sepan a qué atenerse sobre su funcionamiento. El pleno del Parlament debatirá en un par de meses una ley al respecto que el Gobierno, en caso de que se apruebe, podría tumbar por la vía del Tribunal Constitucional. Las asociaciones dicen sentirse "politizadas" e indefensas ante la ausencia de un marco de trabajo.