Los impulsores del proyecto lo vivieron como un gran triunfo: después de una larga serie de obstáculos, Uruguay se convirtió en julio pasado en el primer país del mundo en cultivar, producir y vender marihuana legal para uso recreativo. El cannabis empezó a venderse en 16 farmacias, marcando un exitoso hito en un proyecto que tardó más de tres años en concretarse, desde que se hizo ley. Pero solo un mes después, el comercio legal de marihuana corre riesgo de llegar a su fin. Y no es porque fracasaron las ventas: de hecho se agotó el stock en pocos días. La amenaza que se cierne sobre este negocio viene de otro lado: de los bancos, que han advertido que no podrán mantener como clientes a quienes se dediquen a la venta de esta droga.