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Mossos y tribunales se contradicen frente a los clubes cannábicos

La Audiencia absuelve a tres responsables de una asociación cannábica el día que la policía detiene por narcotráfico a cuatro personas en otro local

Un hombre fumando marihuana en un club cannábico de Barcelona.
Un hombre fumando marihuana en un club cannábico de Barcelona. VICENS GIMÉNEZ

Las dudas legales sobre el mundo del cannabis afloraron, ayer, en una jornada repleta de decisiones de signo opuesto. El mismo día que la justicia absolvía a tres responsables de un club cannábico del Raval, los Mossos d’Esquadra anunciaban una operación en otro local en Nou Barris, donde detuvieron por tráfico de drogas a sus cuatro principales responsables. La Fiscalía de Tarragona, por su parte, dio también ayer carpetazo a la investigación abierta sobre el municipio de Rasquera, que preveía alquilar unos terrenos del municipio para plantar marihuana y saldar la deuda municipal.

La absolución de los tres responsables del club Three Monkeys —para quienes la Fiscalía pedía cinco años de prisión por tráfico de drogas y asociación ilícita— puede marcar la senda de otros procedimientos que están por venir. El dilema se planteó de pleno en la vista oral: ¿Debe perseguirse penalmente un club cannábico cuando las administraciones están dando pasos para su regulación? La respuesta de la sección 22ª de la Audiencia de Barcelona es, en el caso concreto de este local, que no. Los magistrados aseguran que los clubes son un “fenómeno de relativa reciente aparición” y recuerdan que el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat las han definido como asociaciones sin ánimo de lucro que se autoabastecen y lo distribuyen solo entre los socios, que son mayores de edad y consumen de forma privada por salud o para divertirse. “Se reducen así los daños sobre la salud asociados al mercado clandestino”, señala la sentencia.

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Sería “extraño”, siguen los jueces, que la Administración regule el funcionamiento de las asociaciones si fuera evidente que su objeto social es “ilícito y penalmente relevante”. La clave de la absolución es que los magistrados no han creído la tesis de la Guardia Urbana en el sentido de que la marihuana se ofrecía también fuera del local. La policía local concluyó que, al tener una pizarra con los precios, la asociación promovía la venta. Pero al no haber “venta indiscriminada” y no estar la droga hallada en el local destinada al narcotráfico, sino al consumo, tampoco hay delito, concluye la resolución.

La sentencia refuerza la posición negociadora de las entidades cannábicas, que promueven ante la Administración la regularización de un sector en auge. Barcelona es, de hecho, una de las ciudades europeas con mayor presencia y difusión de los clubes cannábicos. Gabriela Sierra, portavoz de la Federación de Asociaciones Cannábicas Autorreguladas de Cataluña (FEDCAC), afirmó ayer que en Cataluña hay 400 asociaciones, la mitad de ellas en Barcelona. Sierra criticó la política de Interior: “Espadaler nos trata como criminales y nos persigue policialmente, afortunadamente, la justicia nos da la razón”.

Que las entidades estén registradas y funcionen bajo amparo legal no impide, sin embargo, que se sigan sucediendo las operaciones policiales. Los Mossos justifican sus actuaciones cuando observan indicios de trafico de drogas.

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Los jueces ven “extraño” perseguir a un sector en proceso de regulación

Los Mossos d'Esquadra detuvieron el pasado sábado al presidente de una asociación cannábica del barrio barcelonés de Nou Barris, al secretario de la citada organización, a la compañera sentimental de este último, al tesorero y al vocal del club. En total, cuatro hombres y una mujer, de edades comprendidas entre los 26 y 36 años, los cinco de nacionalidad española y vecinos de Barcelona y Montcada i Reixac acusados de un delito continuado de tráfico de drogas.

La investigación comenzó el pasado 15 de agosto después de que los Mossos interceptaran a dos ladrones robando en el interior de una planta baja. Los agentes descubrieron que el local donde estaban robando había un acceso dentro de un armario que comunicaba con una plantación de marihuana. Los responsables de este cultivo pretendían vender la marihuana a la asociación cannábica de Nou Barris.

Tras meses de investigación, los agentes determinaron que el secretario de la asociación tenía un invernadero en una vivienda de Montcada i Reixac donde cultivaba marihuana.

Gracias a esa plantación,disponían de cannabis suficiente como para abastecer a los socios de su club. Los agentes realizaron diferentes vigilancias en la asociación y comprobaron que se realizaban una media de 20 intercambios diarios. Los compradores, en muchas ocasiones compraban la droga y la consumían en el exterior de las instalaciones.

Ni el presidente, ni el secretario de la asociación tenían ingresos económicos legales que les permitiera mantener el nivel de vida que llevaban.

La sentencia refuerza a las entidades, que buscan la plena legalización

En los diferentes registros decomisaron 228 plantas de marihuana, 7,3 kilogramos de marihuana, un kilogramo de hachís, y 11.468 euros.

Los cinco detenidos pasaron a disposición judicial ayer, martes, y quedaron en libertad con cargos.

Por otro lado, la Fiscalía de Tarragona ha archivado las diligencias iniciadas por el fiscal antidroga de la provincia contra el llamado plan anticrisis de Rasquera. El Consistorio pretendía alquilar terrenos a una asociación cannábica para plantar marihuana destinada al autoconsumo y cancelar así la deuda municipal.

La acusación pública archivó estas diligencias el pasado 20 de julio de 2013 pero no se lo comunicó al consistorio hasta noviembre de 2014, quince meses más tarde.

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