A la gran teoría conspirativa del año se le cae una ficha: el fondo de inversiones del estadounidense George Soros no conserva acciones de Monsanto. El dato había dado alas a un rumor según el cual la empresa alentaba el proyecto de ley de regulación de la venta de marihuana, a estudio de la Cámara de Senadores, con la intención de desarrollar una semilla transgénica. (Véase también: La mentira de Monsanto desembarcó en Uruguay)