El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha prometido legalizar el consumo recreativo de marihuana a nivel federal, lo que abre la puerta a la inversión, a políticas fiscales menos restrictivas y a que los bancos puedan tratar a la industria de la marihuana como a cualquier otra. Aunque la legalización en Canadá aún no se ha aprobado, cuando llegue ese inevitable momento las empresas estadounidenses del sector podrán encontrarse de repente en desventaja.