En la misma línea que países como Colombia, Guatemala, Bolivia y México, Uruguay exigió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que profundice su estrategia antidrogas y se actualice apuntando a la prevención y el tratamiento, en lugar de mantener una política exclusivamente represiva. Estos países han defendido en la Comisión de Estupefacientes de la ONU estrategias basadas en la prevención y la salud pública, frente a las medidas de mano dura que se han aplicado en las últimas décadas y que no han servido para contener el problema.