Pero si la guerra siria ha desinflado los precios en el mercado ilegal de armas en Líbano, en contrapartida ha elevado los beneficios en el de las drogas. Desde 2014, el cultivo de cannabis y la producción de captagon —anterior nombre comercial de la fenetilina y conocida como la anfetamina de los yihadistas— se ha disparado en el país. La guerra siria ha incrementado tanto el número de traficantes como de consumidores. Los primeros, como Abu Alí, se exponen a penas de entre siete y 20 años de cárcel si son detenidos. Los segundos, a pasar entre rejas de tres meses a tres años.