El cannabis goza de un fuerte arraigo en el País Vasco, que cuente con decenas de asociaciones de consumidores. Convencieron al Gobierno autonómico para que avanzara hacia su regulación. Un esfuerzo que el Tribunal Constitucional (TC) echó por tierra al dictaminar que solo el Estado posee autoridad para legislar sobre la marihuana. Ahora las asociaciones instan al Gobierno central a asumir que la regulación de los clubes es la única forma de escapar de lo que consideran «un callejón sin salida». Martín Barriuso, de la Confederación de Asociaciones Cannábicas, asegura que existe una «demanda social» creciente: «La petición existe, y si las Comunidades Autónomas no pueden legislar, deberá hacerlo el Estado». (Véase también: La industria de la marihuana hunde la mafia del hachís)