Guerra en la puerta de casa
La violencia no se detiene en las favelas de Río de Janeiro. Hace siete años la policía prometió paz, pero no ha cumplido
Junio de 2017
La lógica de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) era la siguiente: las favelas viven en un sistema feudal, en el que los traficantes controlan la vida de los habitantes; el estado ocuparía militarmente esas favelas y expulsaría a las facciones (grupos criminales) para traer la democracia y todos sus beneficios. La UPP era una promesa de policía nueva y comunitaria que dialogaría con los habitantes de la favela y no tendría los vicios de la Policía Militar, considerada la más corrupta de Brasil. “Ese proyecto falló. La policía permaneció como una fuerza de ocupación externa, que no dialoga con sus habitantes, no se movilizaron para integrarse a la comunidad”, explica Silvia Ramos, experta en seguridad y ciudadanía de la Universidad Candido Mendes.