Mito 2: Coca y alcaloides
La cocaína se puede extraer fácilmente de las hojas de coca / Las hojas de coca no contienen cocaína
Para algunos, “la cocaína puede extraerse fácilmente de las hojas de coca”, mientras para otros, “la hoja de coca no contiene cocaína”. Las posturas extremas en este debate tienen una historia aún más larga y con mayor carga ideológica que las encontradas en el de coca y alimentación.
Las burocracias de la fiscalización de estupefacientes citan constantemente la “fácil extracción de la cocaína” como motivo para mantener las hojas de coca sometidas a las listas de control más estrictas; por el otro, los defensores de la coca recurren a fórmulas como “la coca no es cocaína” o “la coca es con respecto a la cocaína lo mismo que la uva con respecto al vino”. La analogía con el vino está especialmente fuera de lugar, ya que la fermentación del alcohol a partir de azúcares vegetales naturales no es comparable en modo alguno con la extracción de alcaloides naturales de una fuente vegetal orgánica.
Por un lado, se encuentra la visión tradicional occidental, consagrada en la Convención Única de la ONU, que equipara totalmente coca con cocaína tratándolas de la misma forma. Por el otro, hay una escuela de pensamiento que siempre ha hecho hincapié en las diferencias entre coca y cocaína, y que, a menudo – quizá equivocadamente – ha intentado identificar su distinción básica utilizando la comparación entre un alcaloide y la composición, de mayor complejidad química, de la hoja.
Este hecho ha desembocado en la postura extrema de negar que la coca contenga algo de cocaína y ha socavado gravemente los intentos por entender las verdaderas diferencias entre estas dos sustancias: un único alcaloide con una clara estructura molecular, y una planta con un complejo – y aún poco entendido – conjunto de nutrientes minerales, aceites esenciales y varios componentes con mayores o menores efectos farmacológicos, uno de los cuales resulta ser el alcaloide cocaína.
En la discusión pública sobre estas distintas formas de la sustancia, pocas veces se ha reconocido que la lenta y claramente demostrable asimilación de la cocaína a través de la masticación de la coca proporciona, de hecho, un argumento más sólido para la defensa de esta costumbre tradicional que la idea, científicamente insostenible, de que la coca no contiene o no libera en el organismo humano cocaína.
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Más información: Los mitos de la coca, Drogas y conflicto documentos de debate, junio de 2009
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