Indígenas mastican coca para exigir a la ONU y a EE.UU. que no veten ese hábito

EFE
Miércoles, 26 de enero, 2011

Centenas de indígenas y campesinos partidarios del presidente boliviano, Evo Morales, masticaron hoy coca en varias ciudades y a las puertas de la embajada de Estados Unidos en La Paz, para exigir que la ONU y ese país no veten ese hábito milenario. Las movilizaciones se realizaron a pocos días de que venza, el próximo domingo, el plazo fijado por las Naciones Unidas para que los países se pronuncien sobre una petición de que se despenalice el masticado de coca.

Morales no participó en las movilizaciones, pero en una entrevista señaló que "está comprobado" que el consumo de coca en estado natural ayuda a combatir enfermedades como la diabetes, mientras que, en cambio, la Coca Cola "hace mucho daño al ser humano".

"Vamos a seguir revalorizando e industrializando (la coca) para el bien de la humanidad", agregó.

El masticado de la hoja, conocido en Bolivia como "acullico" o "pijcheo", fue vetado en 1961 por el artículo 49 de la Convención sobre Estupefacientes de la ONU, porque la coca contiene alcaloides y es la base para elaborar cocaína.

Legisladores oficialistas encabezaron la protesta ante la embajada norteamericana, que estuvo varias horas bloqueada, pero no hubo incidentes debido a la custodia de decenas de policías.

El de Washington es uno de los gobiernos que presentó ya ante la ONU su objeción a la enmienda propuesta por Morales para eliminar la penalización del "acullico".

El senador oficialista Julio Salazar, dirigente de los productores de hoja de coca, al igual que Morales, denunció que Washington quiere "imponer" su visión a los pueblos al oponerse a la enmienda boliviana.

A su juicio, la ONU causó en 1961 "un daño histórico" a quienes tienen un consumo ritual, cultural y tradicional de la coca en Bolivia y otras naciones andinas.

La jornada nacional de masticado de coca fue precedida por una gira del ministro boliviano de Exteriores, David Choquehuanca, que viajó la semana pasada a España, Bélgica, Francia, Reino Unido y Suecia para pedir su apoyo a la despenalización.

Bolivia logró este año que Colombia, Macedonia y Egipto retiraran sus objeciones a la enmienda de Morales, que ha fracasado en anteriores intentos internacionales de despenalizar la coca.

Además del "acullico" ante la embajada estadounidense, los partidarios de Morales presentaron varios refrescos gaseosos, pomadas, dentífricos, pasteles y caramelos elaborados con la hoja que califican de "sagrada".

Pero Washington ratificó hoy su veto en un comunicado difundido por su embajada en La Paz, en el que explica que el rechazo a la enmienda "se basa en la importancia de mantener la integridad de la Convención de 1961, que constituye una herramienta importante para la lucha mundial contra narcotráfico".

La embajada dijo, no obstante, que Estados Unidos "respeta la cultura de los pueblos indígenas" y reconoce que el masticado "es una costumbre tradicional".

Antes de empezar las movilizaciones, Choquehuanca afirmó hoy que el Departamento Antidroga de Estados Unidos (DEA) no volverá a operar nunca más en Bolivia, para aclarar unas declaraciones que hizo la víspera en las que se interpretó lo contrario.

"Así de claro concreto y conciso: La DEA no vuelve más a Bolivia", enfatizó en una rueda de prensa, tras reunirse con Morales y el Consejo de Ministros.

Un diario paceño interpretó hoy anteriores declaraciones del canciller a la cadena norteamericana CNN como una apertura de la posibilidad de que el organismo antidroga estadounidense, expulsado de Bolivia en noviembre de 2008, retorne al país, en el marco de un acuerdo de "respeto mutuo".

Morales expulsó a la DEA tras acusarla de cooperar en un supuesto complot de opositores para derrocarlo, dos meses después de haber echado también al embajador estadounidense Philip Goldberg, con el mismo argumento.