La OMS: seis llaneros solitarios
Fragmento de Cambio de rumbo: Agenda para Viena (PDF)
TNI Drogas y Conflicto documentos de debate 6, marzo de 2003
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cumple un rol particular en la formulación de políticas de drogas de la ONU, relativamente independiente del trío central PNUFID-JIFE-Comisión. Dicho papel se limita a recomendar en qué lista de las convenciones de 1961 y 1971 se deben clasificar determinadas substancias en función de sus consecuencias sobre la salud. Con este fin la OMS convoca cada dos años un Comité de Expertos en Farmacodependencia. La OMS sólo puede recomendar, la Comisión decide. La OMS siempre se ha mostrado en desacuerdo con el sistema de control de drogas establecido ya que nunca ha comprendido la lógica tras la actual distinción entre substancias lícitas e ilícitas. Por su misión centrada en el impacto sobre la salud, la OMS se suele referir a "estupefacientes, incluido el alcohol y el tabaco". Las dos últimas substancias le dan mayores quebraderos de cabeza que las drogas ilícitas clasificadas en listas en las convenciones. Según sus propias estadísticas, el conjunto de todas las drogas ilícitas es responsable de la pérdida de un 0,6% de "años de vida ajustados por discapacidad" (AVAD), comparado al 6,1% provocado por el alcohol y el tabaco. (1)
Cuando comenzó la Década contra el Uso Indebido de Drogas, en 1990, la OMS había creado un programa sobre abuso de substancias (PSA) y nombró a seis expertos de su personal para fortalecer la contribución de la OMS en este campo. La revista especializada British Journal of Addiction aplaudió la decisión con un editorial titulado: "Seis llaneros solitarios". Uno de los columnistas de la revista celebraba la llegada del PSA "porque ahora se puede dirigir la atención a corregir el desequilibrio, hasta ahora demasiado inclinado hacia la reducción de la oferta y el cumplimiento de la legislación, cuyos profesionales recuerdan, por su fuerte convicción en la 'maldad' de los traficantes y de las substancias químicas, a uno de aquellos honrados agentes de la justicia que condenaron a tantas mujeres inocentes a morir por brujería. (2) Mencionaba asimismo un documento histórico titulado Discoverie of Witchcraft (Descubrimiento de la brujería), publicado en 1584 como protesta contra la creciente oleada de persecución de inocentes por parte del supersticioso clero, un libro que el rey James I de Inglaterra condenó a la hoguera. Haworth consideraba de gran importancia la función del PSA para aportar datos científicos con los que añadir algo de sensatez al tema de las drogas y que "espero que nadie desee arrojar a la hoguera". Los acontecimientos posteriores indican que Haworth fue demasiado optimista.
El entusiasta equipo del PSA decidió ampliar el campo de trabajo del Comité de Expertos para poder cubrir así un mayor número de cuestiones relacionadas con la reducción de la demanda. El Comité de Expertos de 1992 se reunió con un doble objetivo. Por una parte, se debía revisar la clasificación de diez substancias y, por la otra, se pidió a los expertos que estudiaran "las diversas estrategias y enfoques para reducir el uso de las substancias y sus efectos nocivos". Tras debatir la tradicional práctica de mascar coca en los Andes y el uso del khat en África, el Comité "recomendó que se realizaran estudios que analizaran posibles cambios en las estipulaciones de la fiscalización internacional con respecto a estos patrones de uso tradicional". En el informe del Comité también se concluía que el "objetivo primordial de los programas nacionales para la reducción de la demanda debería ser minimizar el daño asociado al uso de alcohol, tabaco y otros estupefacientes (…) para alcanzar una eficacia óptima, las políticas nacionales debían orientarse hacia objetivos explícitamente definidos de 'reducción del daño'". (3) Esta conclusión se alcanzó "no sin algunas quejas", especialmente por dos miembros del Comité: Hamid Ghodse, entonces presidente de la JIFE, y Philip O. Emafo, actualmente presidente de la Junta. Aún así, al final se sacó adelante el informe, que "adoptó miras relativamente amplias con respecto a la reducción del daño ya que, por ejemplo, la regulación de la oferta se contemplaba como una de las posibles estrategias a seguir con este fin". (4)
El proyecto sobre cocaína de la OMS
En 1992, el PSA presentó un proyecto sobre cocaína de la OMS y el UNICRI que, según un comunicado de prensa de marzo de 1995, era el mayor estudio a escala mundial sobre el uso de esta sustancia realizado hasta el momento. "Las a veces imprevistas conclusiones del estudio no reflejan la posición oficial de la OMS". (5) En la reunión de la Comisión de Estupefacientes de marzo de 1995 se difundió un dossier informativo en que se resumían los resultados del estudio. Las conclusiones estaban en conflicto con los paradigmas aceptados, por ejemplo: "el uso ocasional de cocaína no desemboca necesariamente en problemas físicos o sociales graves ni leves. (…) En todos los países participantes, son mayores los problemas sanitarios derivados del uso de substancias legales, sobre todo del alcohol y del tabaco, que del uso de la cocaína. (…) El consumo de hojas de coca no parece provocar efectos negativos sobre la salud y, en cambio, posee una función terapéutica, ritual y social positiva en las comunidades indígenas andinas". El principal tema para el futuro, según el estudio, era si el mundo seguiría "concentrándose en tomar medidas para la reducción de la oferta, como la destrucción y la substitución de cultivos y la imposición de la ley, ante la crítica y el cinismo crecientes acerca de la eficacia de estos enfoques. (...) Se deben evaluar con mayor detalle los efectos negativos de las políticas y las estrategias actuales y desarrollar enfoques alternativos. (…) Los enfoques nacionales y locales en estos momentos, que prestan una atención excesiva a las medidas de control punitivas, podrían acrecentar el desarrollo de problemas relacionados con la salud". (6)
En cuanto el dossier informativo empezó a circular por los pasillos de la ONU, los funcionarios estadounidenses hicieron uso de su gran influencia para evitar la publicación del estudio. "El gobierno de los Estados Unidos ha quedado sorprendido al comprobar que el estudio parece exponer argumentos a favor del uso positivo de la cocaína", fue la respuesta de Neil Boyer, representante de los Estados Unidos en el 48° Período de sesiones de la Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra. Alegó que el programa de la OMS sobre el abuso de substancias estaba "encaminado en la dirección equivocada" y que "socavaba los esfuerzos de la comunidad internacional por erradicar el cultivo ilícito y la producción de coca". Denunció que existían "indicios del apoyo de la OMS en programas para la reducción del daño y de colaboraciones previas de la OMS con organizaciones que defendían la legalización de las drogas". Y, a continuación, amenazó expresamente con que "si las actividades de la OMS en materia de drogas no consiguen reafirmar los enfoques probados para el control de drogas, se recortarán los fondos asignados a los programas correspondientes". (7)
Los resultados del proyecto sobre cocaína de la OMS y el UNICRI nunca salieron a la luz. El dossier informativo había sido un adelanto prematuro del resumen de resultados, antes de que la investigación recorriera el proceso habitual de revisión y edición. Debido a la conmoción, nunca se logró un acuerdo en la lista de expertos que revisarían el documento, y el proceso nunca se completó. Años de trabajo y cientos de páginas con valiosos datos y opiniones sobre la coca y la cocaína de más de 40 investigadores y asesores, acabaron finalmente "en la hoguera".
Notas
1. The Global Burden of Disease; Alan D. Lopez, OMS, 2020 Focus 5, Brief 2, febrero de 2001.
2. Action against drug abuse-Yes; A form of witch-hunt-No. Comentarios sobre 'Six Horsemen and the WHO programme on substance abuse'. A. Haworth, en: British Journal of Addiction, 86, 1991, p.1391-1403.
3. WHO Expert Committee on Drug Dependence: Twenty-eighth Report, Serie de Informes Técnicos No. 836, OMS, Ginebra, 1993.
4. Harm Reduction, Human Rights and the W.H.O. Expert Committee on Drug Dependence, Robin Room, en: Patricia Erickson, Diane Riley, Yuet Cheung and Pat O'Hare (eds.), Harm Reduction: A New Direction for Drug Policies and Programs, University of Toronto Press, Toronto, 1997, p. 119-130.
5. Publication of the largest global study on cocaine use ever undertaken. Comunicado de prensa WHO/20, 14 de marzo de 1995.
6. WHO/UNICRI Cocaine Project, 5 de marzo de 1995 (no publicado).
7. WHA48/1995/REC/3. 48° Periodo de sesiones de la Asamblea Mundial de la Salud, Summary Records and Reports of Committees, Ginebra, 1 a 12 de mayo de 1995.
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