Propuesta para la Regulación
Resumen ejecutivo
November 2009
Existe alrededor del mundo un reconocimiento cada vez mayor de que la prohibición de las drogas es un fracaso contraproducente. Sin embargo, el extendido temor a lo desconocido ha supuesto un importante obstáculo a la reforma de la ley—¿cómo sería un régimen post-prohibición?
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Por primera vez, ‘After the War on Drugs: Blueprint for Regulation’ responde a esa pregunta proponiendo modelos específicos de regulación para los principales tipos de drogas ilegales y sus modos de preparación, unido a los principios y fundamentos de estas propuestas. Demostramos que la regulación legal de las drogas no constituye un paso inconcebible y políticamente imposible hacia la oscuridad, sino una propuesta sensata y pragmática para controlar la producción, el suministro y el consumo de drogas.
La política mundial antidrogas se fundamenta en una loable y justificable urgencia de enfrentar los efectos nocivos, intensos y muy definidos que ciertas drogas psicoactivas no médicas pueden producir. Esta necesidad ha conducido a la implantación de una agenda prohibicionista global basada en la visión de las drogas como ‘amenaza’, una agenda que da una autoridad moral clara y directa a aquellos que la respaldan, mientras califica de ética y políticamente irresponsables a quienes se oponen a ella. Sin embargo, tanto la experiencia como las investigaciones apuntan a que la forma más eficaz de reducir al mínimo los efectos nocivos de las drogas es mediante la regulación, basada en estructuras normativas y legales, en vez de la prohibición.
Al proponer una lista de opciones viables para la regulación y el control de la producción, el suministro y el consumo de drogas, esperamos poner fin a la polarización y el estancamiento que rodea el debate de la reforma de la ley antidroga.
Está claro que, sea cual fuere la forma precisa que adopte la reglamentación legal y el control en un mundo post prohibición, los desafíos sociales y económicos relacionados con el consumo de las drogas serán diferentes y reducidos enormemente en escala. Ya no desperdiciaremos recursos en una batalla imposible de ganar contra problemas surgidos en gran medida por la fracasada Guerra contra las Drogas. En cambio, podremos concentrarnos en abordar de forma efectiva y humanitaria tanto las consecuencias destructivas del consumo problemático como el de sus causas subyacentes.